Radiólogos y riesgo laboral
Lenin Fisher
“Hacer una gran cantidad de ultrasonidos ya no es para mí; eso es para los
jóvenes; ya mi hombro me duele demasiado.”
“Nadie quiere hacer los ultrasonidos Doppler color en ningún lugar; uno los
tiene que hacer; tengo que estarme infiltrando esteroides para calmar el dolor
y desinflamar mi hombro derecho.”
“Después de hacer, en una jornada voluntaria, del Movimiento Médico
Sandinista, más de 100 ultrasonidos en un día, cada residente de radiología, me
empezó el dolor, intenso, hasta no poder seguir más. El subsidio por varios
días fue necesario.”
“Era tan intenso el dolor en mi hombro derecho que ya no podía hacer ningún
tipo de ultrasonido, ni convencional, ni Doppler color (que dura tres o cuatro
veces más de tiempo que el convencional). Lo peor de todo, es que mis
compañeros, mis colegas, no me creían, no me apoyaron. Por eso me despidieron,
sin ni siquiera reubicarme.”
“Ya me operaron del hombro. Cuando hago más de 12 ó 15 exámenes de
ultrasonido me empieza a doler el hombro.”
Estas son algunas de las expresiones tomadas casi literalmente a cuatro
diferentes radiólogos y un residente de radiología (cuatro mujeres y un
hombre), que han sufrido las consecuencias de lo que se conoce como síndrome de
hombro doloroso relacionado con la actividad laboral que ellos como radiólogos
desarrollan con el ultrasonido. Este es un factor de riesgo laboral para las
estructuras musculotendinosas del manguito rotador (“rotator cuff” en inglés),
las cuales pueden resultar lesionadas, al igual que las bursas, ligamentos y
todas las articulaciones que conforman la compleja y gran articulación del
hombro; y que pueden llevar a la total inmovilización del hombro.
Durante muchos años se ha aceptado ampliamente en el mundo el beneficio del
ultrasonido para los seres humanos; pero no se ha hablado casi nada sobre el
riesgo que representa para la persona que maneja el equipo de ultrasonido, la
sonda o transductor, que es el dispositivo que emite y recibe las señales de
ultrasonido.
El radiólogo o ultrasonografista que realiza exámenes de ultrasonido en
grandes cantidades, con sondas de tamaño y peso promedio y en condiciones no
ergonómicas está en riesgo de sufrir lesiones del hombro de su miembro superior
ejecutor. Por ejemplo, las sondas para los ultrasonidos en 3D y 4D hasta
hace pocos años eran extremadamente grandes y pesadas; eran verdaderamente no
ergonómicas; y la publicidad comercial del “baby face” o cara fetal
tridimensional no tomaba en cuenta el riesgo para el hombro del radiólogo o
ecografista. Estos transductores no han cambiado mucho. Grandes compañías
fabricantes de ultrasonógrafos como General Electric, Siemens, Philips, etc.,
deben tomar en cuenta este problema real.
Los movimientos repetitivos en abducción, en ángulo de 90 grados o más, y
en rotación externa, son altamente perjudiciales para los tendones del manguito
rotador del hombro, sobre todo para los músculos supraespinoso, infraespinoso y
redondo menor. Este factor se agrava cuando la camilla, diván o canapé
donde el paciente se acuesta es muy alta o la silla donde el radiólogo o
ultrasonografista es muy baja. Se debe distribuir adecuadamente la carga de
trabajo y tener la suficiente cantidad de personal.
De tal manera que, el riesgo laboral para el radiólogo ya no sólo es la
radiación producida por los rayos X de los equipos convencionales o de los
tomógrafos; sino que ahora debe tomarse en cuenta el riesgo para el hombro
producido por hacer ultrasonidos. Igualmente, existe riesgo laboral para
odontólogos y gastroenterólogos de sufrir de tendinitis, tendinosis,
lesiones del túnel del carpo, etc.
Y las autoridades hospitalarias deben estar informadas sobre el problema
para entenderlo y encontrarle solución razonable porque ya existen casos
documentados de despidos injustos, al mejor estilo capitalista y salvaje, sin
ética médica ni judeocristiana que valga, en hospitales privados
(Bautista, 2007) y públicos (“Lenín Fonseca”, 2007), en que han despedido
a radiólogos con lesiones en su hombro, de origen laboral, relacionadas con
realizar grandes cantidades de ultrasonidos convencionales y Doppler color.
Lesiones que han sido diagnosticadas, tratadas y seguidas por Especialistas de
Medicina Laboral, Ortopedia y Traumatología. Lesiones categorizadas por la
seguridad social como incapacidades.
En el caso del Hospital Bautista la injusticia implicó una demanda laboral
introducida en enero de 2008 (000158-ORM1-08LB) que más de dos años después no
tiene un fallo o sentencia emitida por Juez alguno, a pesar del moderno modelo
europeo de la Ordice (Oficina de Recepción y Distribución de Causas y
Ejecución de Sentencias). Es necesario que exista una Sala o Magistratura
de lo Laboral, o como sea que se llame, dedicada únicamente a resolver los
asuntos laborales –pero a resolver con justicia y no a engavetar-, porque los
trabajadores no pueden estar esperando tanto tiempo como sí pueden esperar los
empresarios, algo que han demandado los dirigentes del FNT (Frente Nacional de
los Trabajadores). Ojalá y se hiciera realidad tal cosa para que durante este
gobierno sandinista se cumpla cada vez más aquella frase que dice: ¡Arriba los
pobres y trabajadores del mundo! En el caso del Hospital “Lenín Fonseca” el
trabajador era contratado transitoriamente, a la usanza neoliberal, y fue
reintegrado bajo esos términos seis meses después.
Este es un ejemplo más de que la tecnología trae beneficios y problemas o
efectos colaterales. El radiólogo y el ultrasonografista (ecografista) son
trabajadores operando una máquina (ultrasonógrafo o ecógrafo) y por lo tanto, están
expuestos a riesgo laboral, especialmente cuando se realiza una gran cantidad
de exámenes ultrasonográficos diariamente. Hasta el momento, el riesgo más
evidente es: la lesión del hombro que produce el síndrome de hombro doloroso
(inicialmente tendinitis, que evoluciona a tendinopatía o tendinosis del
manguito rotador, bursitis, etc.). Existe tratamiento médico y quirúrgico; pero
aunque la bursa pueda extraerse, el daño crónico de los tendones del manguito
rotador es irreversible y éstos al someterse otra vez a la actividad laboral
repetitiva serán el sitio de origen de nuevos episodios de dolor; hasta el
momento, el trasplante de los tendones del manguito rotador no existe como
parte del tratamiento.
La incidencia de quejas de malestar del hombro es de aproximadamente
11.2/1000 pacientes por año. En la población trabajadora la incidencia del
hombro doloroso puede ser tan alta como 14 a 18%. Los desórdenes del
manguito rotador son una fuente importante de morbilidad entre los trabajadores
manuales involucrados en realizar muchos movimientos repetitivos. La
actividad repetitiva es el factor de riesgo principal, en el trabajo o en
el deporte, para la tendinopatía del manguito rotador del hombro. La enfermedad
del manguito rotador es la causa más común de hombro doloroso en la población
en general. Cualquier tendón del manguito rotador del hombro puede afectarse,
pero el tendón del músculo supraespinoso es el más frecuentemente lesionado
(1).
(1)
Up to Date 2009
El Nuevo Diario. Opinión. Managua, Nicaragua. 15-6-2010.
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