Historia de la
Neurocirugía en Nicaragua
Lenin Fisher
Introducción
Para abordar la historia de la
especialidad de neurocirugía en Nicaragua es inevitable recordar que las
civilizaciones antiguas y precolombinas estuvieron expuestas a trauma craneal y
enfermedades neoplásicas, practicando, de alguna manera, la trepanación de
manera rudimentaria. Sería extraordinario
que en Nicaragua tuviésemos las evidencias demostradas científicamente
de cráneos de seres humanos, de la época precolombina o prehistórica, con
signos de trepanación.
La primera
evidencia científica de trepanación en Nicaragua, realizada en cráneos de seres
humanos, de la época precolombina, fue reportada por García (2019), en el hueso
parietal izquierdo, de un cráneo de mujer, cuyo esqueleto fue desenterrado en
las ruinas de León Viejo, entre 1998 y 2001.
Desarrollo
A finales de la década de 1920 e inicios de la década de 1930, se
destacaron en León varios médicos y cirujanos, de la escuela del maestro
Debayle, entre ellos el doctor Dámaso Pérez. El doctor Humberto Jiménez
Miranda, cirujano de esa época, formado en ese grupo, decía que el doctor Dámaso
Pérez, les había enseñado a ellos “la incisión y la técnica para una
trepanación temporal”, de acuerdo al doctor Enrique Jiménez Quezada, sobrino
del doctor Jiménez Miranda.
El doctor Tomás Pereira fue quien por primera vez y con éxito, operó en Nicaragua, la glándula hipófisis, extirpó tumores cerebrales, practicó arteriografías cerebrales; abriendo así, las puertas de la delicada anatomía del sistema nervioso central, que hasta entonces había estado cerrada para la cirugía nacional (Florez, 1968).
Los doctores Tomás Pereira y Emilio Álvarez Montalván elaboraron el primer informe sobre una intervención neuro-quirúrgica, a nivel del cerebro, que fue expuesto en un congreso médico y publicado en la revista de la asociación médica. Después, el doctor Pereira, quien era cirujano, presentó sus avances en la cirugía neurológica, durante las sesiones clínicas realizadas en un aula modesta del Hospital General de Managua (Florez, 1968).
El primer neurocirujano nicaragüense fue el doctor César Amador Kühl (q.e.p.d.), que se entrenó en los Estados Unidos, ejerció su práctica en la capital Managua, a partir de 1956, y llegó a ser ministro de salud; el primer ministro de salud durante el periodo de la Revolución Sandinista y la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional.
El doctor Amador Kühl estudió en
Estados Unidos, entre 1954 y 1956, haciendo internado y residencia en medicina
interna, cirugía, pediatría y ginecobstetricia, en el Lebanon Hospital de New
York y en Cincinnati. La residencia en neurocirugía la realizó en el Saint Vicent
Hospital, de Toledo, Ohio. Era el único residente del hospital, por lo cual
realizaba turnos durante 24 horas, los siete días de la semana. El staff de
neurocirujanos del hospital lo formaban los doctores Max Schniker, Booth y
Hople (Amador, 2012).
En el Hospital General de Managua, el doctor Amador Kühl tuvo como primer equipo de trabajo al médico interno César Martínez, su cirujano ayudante, seleccionado por su habilidad quirúrgica natural. Por su parte, el doctor Cayetano Espinoza era el anestesiólogo, sobre todo del servicio de pensionado. El doctor Espinoza entrenó en anestesiología a los doctores Juan Navas, Linarte y Burgos. Posteriormente, el doctor César Martínez se entrenaría en electroencefalografía, en Francia, para trabajar en la práctica privada con el doctor Amador Kühl (Amador, 2012).
Cuando inició de manera oficial el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), a finales del año 1956, el doctor César Amador Kühl fue el primer neurocirujano en trabajar dos horas al día, incluyendo la atención de todos los casos de emergencia, por lo cual devengó un salario de 1600 córdobas netos. El hospital del seguro social no contaba con instrumental neuro-quirúrgico y el doctor Amador utilizaba el suyo; aunque posteriormente la institución adquirió sus propios instrumentos para cirugía del cerebro, columna vertebral y nervios. El doctor Amílcar Ibarra Rojas me acompañó en algunas cirugías. Así trabajó durante año y medio hasta que renunció cuando llegó a Nicaragua el doctor Carlos Quiñónez, neurocirujano graduado en Perú (Amador, 2012).
De acuerdo a Amador (2012) el doctor Carlos Quiñónez, neurocirujano que estudió su postgrado en Perú, fue el primero en traer a Nicaragua un electroencefalógrafo para hacer los exámenes de electroencefalograma. Asimismo, trajo al país el primer equipo para realizar el examen diagnóstico de neumo-encefalografía. En ese tiempo ni el Instituto Nicaragüense de Seguro Social ni la Junta Nacional Asistencia Social tenían tales equipos.
Según Amador
(2012), en 1956, introdujo las técnicas de la neurocirugía moderna, en
Nicaragua, lo cual empezó a hacer en el Hospital General de Managua, donde la
primera cirugía neurológica que realizó fue por el caso de una paciente del
doctor Roberto González, que había sufrido una fractura craneal con
hundimiento. Cirugía que hizo con parte de su instrumental quirúrgico, porque
no había logrado sacar todos los equipos de la aduana. En ese tiempo, había
mucha ignorancia acerca de los cuidos del paciente neuro-quirúrgico, entre
enfermeras y auxiliares de enfermería; y se aplicaban medidas anacrónicas en
post-operados de la columna vertebral por hernia discal, como dejar en posición
de decúbito supino por mucho tiempo, cuando lo que se practicaba era la
movilización lo más pronto posible.
También señala
Amador (2012), que los antecedentes que existían en ese momento eran las
trepanaciones realizadas por el doctor Tomás Pereira (quien también había
operado un caso de hipófisis); y un caso de hernia discal operada por el doctor
Luis Argüello.
Asimismo, impulsó junto a otros médicos, la capacitación y actualización de las enfermeras en las nuevas técnicas de cuidados quirúrgicos. Entre 1956 y 1958 operó 20 tumores de la médula espinal, de los cuales la mayoría fue de sala general y solamente uno del servicio de pensionados; mientras que durante su entrenamiento en Estados Unidos solo había visto un caso de tumor medular. Esa rica experiencia se la contó a su profesor y ex–jefe Max Schniker, durante un congreso en New Orleans, de acuerdo a Amador (2012).
Desde 1952 el radiólogo pediatra Luis Jacinto Espinosa Rodríguez
empezó a realizar angiografías cerebrales, con abordaje carotídeo, en la práctica
médica privada, en la ciudad de Managua. Además, dichos exámenes diagnósticos
los hacía en colaboración con los neurocirujanos, pioneros de dicha técnica,
los doctores César Amador Kühl y Amílcar Ibarra Rojas. Cinco años después, en
1957, habían realizado un total de 148 angiografías cerebrales (Fisher, 2010).
Para el doctor Enrique Jiménez Quezada, cuando el doctor Amador Kühl
se refiere al doctor Luis Argüello, como quien había operado a un paciente con
hernia discal, debe tratarse del doctor José Luis Argüello, famoso cirujano
general de esa época y reconocido también como quien hizo la primera cirugía de
corazón en el país.
Asimismo, impulsó junto a otros médicos, la capacitación y actualización de las enfermeras en las nuevas técnicas de cuidados quirúrgicos. Entre 1956 y 1958 operó 20 tumores de la médula espinal, de los cuales la mayoría fue de sala general y solamente uno del servicio de pensionados; mientras que durante su entrenamiento en Estados Unidos solo había visto un caso de tumor medular. Esa rica experiencia se la contó a su profesor y ex–jefe Max Schniker, durante un congreso en New Orleans, de acuerdo a Amador (2012).
En el Hospital General de Managua, el doctor Amador Kühl tuvo como primer equipo de trabajo al médico interno César Martínez, su cirujano ayudante, seleccionado por su habilidad quirúrgica natural. Por su parte, el doctor Cayetano Espinoza era el anestesiólogo, sobre todo del servicio de pensionado. El doctor Espinoza entrenó en anestesiología a los doctores Juan Navas, Linarte y Burgos. Posteriormente, el doctor César Martínez se entrenaría en electroencefalografía, en Francia, para trabajar en la práctica privada con el doctor Amador Kühl (Amador, 2012).
El 22 de septiembre
de 1956, estando en el servicio de rayos X para ver radiografías de sus
pacientes, el doctor Amador Kühl fue sorprendido por la visita al mismo lugar
de Anastasio Somoza Debayle y el doctor Hugo Argüello Gil, cardiólogo, quienes
esperaban que salieran las radiografías del general Anastasio Somoza García,
herido la noche anterior, por disparos de revólver hechos por Rigoberto López
Pérez, en la Casa del Obrero, de la ciudad de León, en la fiesta de celebración
por haber sido proclamado candidato presidencial por la convención del Partido
Liberal Nacionalista, según Amador (2012).
A petición del
doctor Argüello Gil, vio las radiografías el doctor Amador Kühl, encontrando
que una bala estaba cerca de la columna vertebral superior, cerca de la piel;
otra, en el tejido muscular de la cadera derecha; y una tercera, dentro de la
columna vertebral, a la altura de la tercera vértebra lumbar, irritando a la
raíces nerviosas de la cauda equina, por lo que causaba mucho dolor. La primera
bala mencionada había atravesado el antebrazo izquierdo, penetró la parte
posterior de la axila y lesionó el pulmón derecho y la pleura. En el equipo de
médicos enviado por el presidente de Estado Unidos no vino ningún neurocirujano
y en Panamá operó a Somoza García el doctor González Revilla, el primer neurocirujano
que vino a América Central, y que trabajaba en el hospital del ejército gringo
en el Canal de Panamá. Se insistía mucho en extraer las balas por la
posibilidad de estar envenenadas, lo cual era innecesario. Se trabajó con anestesia
general (la epidural o local era la más indicada), con una lesión pulmonar, en
un paciente obeso, hipertenso y diabético, señala Amador (2012).
Diferencias y
coincidencias se encuentran cuando se compara la descripción de los hallazgos
radiográficos del doctor Amador Kühl y los registrados en el libro publicado
por el fiscal asignado al caso, Agustín Torres Lazo (2002), de quien se cita
textualmente:
“De
las cinco balas que dispara López Pérez, cuatro dieron en el blanco y ninguna
de ellas era necesariamente mortal. El doctor Evenor Taboada, médico forense de
León, practicó el reconocimiento a Somoza, dictaminando que había sido herido
por arma de fuego que le produjo lesiones de diversa naturaleza.”
Sin
embargo, debe tenerse en cuenta que:
“Somoza
no era un hombre sano antes del atentado (…) podía considerarse de alto riesgo.
Era diabético, hipertenso y presentaba tendencia a la obesidad.”
Y
desde 1949, debido a una diverticulitis le realizaron, en Boston, EE.UU., una
colostomía, de cuya limpieza diaria era responsable el mayor Ocón (Torres,
2002; Fisher, 2011).
Un proyectil penetró en el hombro derecho, en
la región deltoidea, sin agujero de salida, causando hematoma en la pared
axilar anterior. La bala siguió por detrás de las principales arterias, venas y
nervios introduciéndose en el tórax, fracturando una costilla y desgarrando el
pulmón derecho (Torres, 2002; Fisher, 2011).
Torres (2002) apunta textualmente: Las radiografías detectan un fragmento de bala alojado en el cuarto
espacio intercostal derecho, entre la piel y la sexta vértebra dorsal.
Otra bala perforó el antebrazo derecho, de
adelante hacia atrás, a nivel del tercio medio, produciendo una fractura
multifragmentaria del cúbito. Asimismo, había una herida con agujero de entrada
en la fosa iliaca derecha y un poco arriba de la espina iliaca anterosuperior,
sin agujero de salida. El proyectil siguió hacia atrás, describiendo una curva,
sin entrar a la cavidad abdominal, hasta penetrar en el raquis, por la quinta
vértebra lumbar y lesionando la cauda equina (Torres,
2002; Fisher, 2011).
Cuando inició de manera oficial el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), a finales del año 1956, el doctor César Amador Kühl fue el primer neurocirujano en trabajar dos horas al día, incluyendo la atención de todos los casos de emergencia, por lo cual devengó un salario de 1600 córdobas netos. El hospital del seguro social no contaba con instrumental neuro-quirúrgico y el doctor Amador utilizaba el suyo; aunque posteriormente la institución adquirió sus propios instrumentos para cirugía del cerebro, columna vertebral y nervios. El doctor Amílcar Ibarra Rojas me acompañó en algunas cirugías. Así trabajó durante año y medio hasta que renunció cuando llegó a Nicaragua el doctor Carlos Quiñónez, neurocirujano graduado en Perú (Amador, 2012).
El doctor César
Amador fue nombrado jefe nacional de neurocirugía el 10 de enero de 1957, por
haber sido el médico fundador de la especialidad en Nicaragua (Amador, 2012).
El primer radiólogo en traer un
seriógrafo al país (que era de la marca Sánchez Pérez), equipo radiográfico con
intensificador de imagen, capaz de tomar radiografías en serie, con mayor
velocidad que un equipo convencional o simple, fue el doctor Luis Jacinto
Espinosa Rodríguez, lo que ocurrió varios años antes de que fuese inaugurado el
Hospital El Retiro en 1963, el cual contó con seriógrafo marca Sánchez Pérez,
con el que el doctor Amador Kühl realizaba las arteriografías cerebrales, según
Amador (2012).
De acuerdo a Amador (2012) el doctor Carlos Quiñónez, neurocirujano que estudió su postgrado en Perú, fue el primero en traer a Nicaragua un electroencefalógrafo para hacer los exámenes de electroencefalograma. Asimismo, trajo al país el primer equipo para realizar el examen diagnóstico de neumo-encefalografía. En ese tiempo ni el Instituto Nicaragüense de Seguro Social ni la Junta Nacional Asistencia Social tenían tales equipos.
En
opinión del doctor Enrique Jiménez Quezada, el doctor César Amador Kühl, a
quien consideraba un maestro, fue un hombre de pensamiento propio, con un
carisma vocacional de médico en toda su integralidad, dotado de una educación y
amabilidad singular. Lo considera el Hipócrates de la medicina en Nicaragua.
Profesionalmente, en el desarrollo de su especialidad, conjugaba magistralmente
la clínica neurológica con el quehacer propio de la neurocirugía.
En la década de 1960 y hasta 1972, operó en el Hospital del
Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), el neurocirujano Amílcar
Ibarra Rojas, político liberal, quien llegó a ser Ministro del Trabajo, en esos
años, en que gobernaba otro miembro de la familia Somoza Debayle. Según Ruíz (2009), Ibarra Rojas fue presidente del CUUN (Centro Universitario de la Universidad Nacional), en los años 1949-1950.
Según refiere el doctor Miguel Gaitán, odontólogo y cirujano
maxilofacial, el doctor Ibarra Rojas cuando era ministro del trabajo, dirigía
un programa de ayuda social para “trabajadores de prole numerosa”. Por su
parte, el doctor Oscar Aragón Téllez, oftalmólogo, recuerda que cuando laboraba
en el Hospital del INSS, en Managua, le preguntó al doctor Ibarra Rojas si era
cierto que existía un programa de crédito para que los médicos compraran un
carro nuevo. Aragón Téllez se quedó asombrado ante la respuesta de Ibarra
Rojas: ¡sí; pero solo para los amigos! En tiempos de los gobiernos de los
Somoza, eso significaba, solo para las personas afines al régimen, o sea,
únicamente para los somocistas.
El
doctor Enrique Jiménez Quezada, el primer neurorradiólogo de Nicaragua,
recuerda muy bien el criterio expresado en la entrevista de admisión a su
especialidad, por el doctor Jaime Gómez González, director y fundador del
Instituto Neurológico de Colombia. Cuando Jiménez Quezada le respondió a Gómez
González que llegaba de Nicaragua, el
doctor Gómez González dijo: …de Nicaragua;
la tierra de Amílcar. ¡Las manos de Amílcar no injurian el cerebro! Ambos,
se habían entrenado en el Hospital Bellevue, de Nueva York, y el doctor Amílcar
Ibarra Rojas había sido el jefe de residentes del doctor Gómez González.
Según
Arellano (2012), el aporte del doctor Amador Kühl a la medicina nicaragüense,
cuando al venir en julio de 1956 comenzó a realizar las operaciones que hasta
entonces no se hacían en el país, se valora en su verdadera dimensión al tomar
en cuenta el estado de la medicina al inicio de la segunda mitad del siglo XX,
incluyendo la realidad de nuestros hospitales, los cuales no tenían
instrumentos quirúrgicos para operar el cerebro o la columna vertebral, y sin
la preparación de personal técnico auxiliar. Además, perteneció a un grupo de
médicos que tuvieron que traer del extranjero los equipos necesarios porque
nuestros hospitales no los tenían o los que poseían eran anacrónicos.
A partir de 1975 en León, el doctor
Tulio Cifuentes ejerció la neurocirugía hasta jubilarse. Desde finales de la
década de 1970, en el Hospital San Vicente de Paúl, de la ciudad de León,
ejerció la neurocirugía el doctor Nerio Cabrera, graduado como neurocirujano en
el Centro Médico, hoy Hospital Siglo XXI, de México, quien después continuaría
su labor en el Hospital Escuela Oscar Danilo Rosales Argüello, donde se le
uniría el doctor Manuel Antonio Sacasa Lejarza, que estudió neurocirugía en el Instituto de Neurocirugía e Investigaciones Cerebrales, de la
Universidad de Santiago, en Chile, y con quien trabajaría por muchos años hasta
que ambos se jubilaron.
El doctor Sacasa Lejarza refiere que antes de su graduación como neurocirujano, en el mismo instituto chileno se había graduado, también como neurocirujano, otro médico nicaragüense llamado Carlos Quiñónez.
El doctor Nerio Cabrera operó en el
Hospital San Vicente de Paúl, de la ciudad de León, donde prácticamente se trasladó a vivir, a muchas
personas heridas durante la guerra de liberación de 1979, entre junio y julio;
insurrección dirigida por el FSLN, conocida como la Ofensiva Final, para
derrocar a la dictadura de la familia Somoza y el último de sus gobernantes:
Anastasio Somoza Debayle.
El doctor Sacasa Lejarza refiere que antes de su graduación como neurocirujano, en el mismo instituto chileno se había graduado, también como neurocirujano, otro médico nicaragüense llamado Carlos Quiñónez.
En 1978 el neuro-radiólogo Enrique
Jiménez Quezada, graduado en Colombia, realizó la primera arteriografía
cerebral, con técnica de Seldinger, en el Hospital 14 de Julio, después llamado
Antonio Lenin Fonseca Martínez (Fisher, 2015).
La década de 1980, década de la
Revolución Sandinista, vio nacer el primer esfuerzo de un programa de
especialización en neurocirugía para los médicos nicaragüenses, el cual fue
impulsado en el Hospital Escuela Antonio Lenin Fonseca Martínez (HEALFM), por
el doctor Karl Ernest Fuchs, de origen alemán, y que posteriormente cambió su
nombre oficialmente a Carlos Vanzetti.
Según una de sus hijas, el doctor Karl
Ernest Fuchs (q.e.p.d.) nació el 17 de mayo de 1935, en un pequeño pueblo
llamado Tübingen o Tubinga, que Kühl (2009), lo ubica entre Frankfurt y Sttugart,
Alemania. Por lo tanto, K. E. Fuchs nació antes de la Segunda Guerra Mundial.
Vivía en la República Federal de
Alemania (RFA) o Alemania Federal cuando decidió venir a Centroamérica, en
1978, incorporándose al equipo médico internacionalista que colaboró con los
guerrilleros sandinistas del Frente Sur Benjamín Zeledón, con base en Costa
Rica, para derrocar a la dictadura militar y dinástica de la familia Somoza,
que gobernó Nicaragua durante 45 años. En medio de la lucha, tomó el pseudónimo
de Vanzetti, debido a que un compañero, Richard Lugo, tenía por pseudónimo
Sacco. Ambos apellidos, Sacco y Vanzetti, correspondían a los dos luchadores
anarquistas condenados a muerte injustamente en los Estados Unidos, a inicios
del siglo XX (Reyes, 2009; Kühl, 2009).
Después del triunfo
de la Revolución Sandinista el 19 de julio de 1979, el doctor Fuchs (Vanzetti) decidió
permanecer viviendo en Nicaragua.
Trabajando como neurocirujano en el Hospital Lenin Fonseca, el doctor Vanzetti Fuchs captó a médicos residentes que estaban especializándose en cirugía para comenzar a realizar operaciones neurológicas. En el año 1984 captó al primer residente, el doctor Harvey Soza. Luego, unos pocos meses después, en 1985, al doctor Dagle Avilés. Posteriormente, en 1987, incorporó a los doctores Sebastián Sampson y Rolando Hernández Olivas, según relata el doctor Dagle Avilés.
El doctor Vanzetti se dedicó a la formación de residentes de neurocirugía y a conseguir donaciones de materiales y equipos, en Alemania, para impulsar la cirugía neurológica en el Hospital Lenin Fonseca. Finalmente, el doctor Karl Ernest Fuchs cambió su nombre por Carlos Vanzetti Fuchs.
Trabajando como neurocirujano en el Hospital Lenin Fonseca, el doctor Vanzetti Fuchs captó a médicos residentes que estaban especializándose en cirugía para comenzar a realizar operaciones neurológicas. En el año 1984 captó al primer residente, el doctor Harvey Soza. Luego, unos pocos meses después, en 1985, al doctor Dagle Avilés. Posteriormente, en 1987, incorporó a los doctores Sebastián Sampson y Rolando Hernández Olivas, según relata el doctor Dagle Avilés.
El doctor Vanzetti se dedicó a la formación de residentes de neurocirugía y a conseguir donaciones de materiales y equipos, en Alemania, para impulsar la cirugía neurológica en el Hospital Lenin Fonseca. Finalmente, el doctor Karl Ernest Fuchs cambió su nombre por Carlos Vanzetti Fuchs.
La Junta de Gobierno de Reconstrucción
Nacional (JGRN), encabezada por el Comandante de la Revolución Daniel Ortega
Saavedra decidió empezar la especialización de los médicos nicaragüenses en
nuestro propio país, para lo cual debían coordinarse el Ministerio de Salud y
la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, con sede en León, en momentos en
que se había ido al extranjero una gran cantidad de profesionales y técnicos,
entre los cuales, una parte importante, eran médicos especialistas, de acuerdo
a Fisher (2014).
En realidad, la decisión política de que
Nicaragua debía especializar a sus médicos, aquí mismo, la tomó la Dirección
Nacional del FSLN, que era representada por Daniel Ortega Saavedra en la JGRN, y
fue transmitida al doctor Joaquín Solís Piura, director del Consejo Nacional de
la Educación Superior (CNES), para que se cumpliera a pesar de cualquier
dificultad o limitación, según Manuel Enrique Pedroza, doctor en diseño
experimental (el único profesional en Nicaragua con ese tipo de doctorado).
La fundación de la Facultad de
Medicina en Managua, con estudiantes trasladados desde la Facultad de Medicina
de León, a comienzos de la década de 1980, el inicio de los programas de
especialización médico-quirúrgica, en 1982, y la fundación de la Universidad
Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), como institución independiente,
también en 1982, estimularon el emprendimiento académico del doctor Fuchs
(Fisher, 2014; Fisher, 2019). El entrenamiento de médicos nicaragüenses en
neurocirugía empezó con el doctor Vanzetti, durante la Revolución Sandinista y
en el Hospital Escuela Lenin Fonseca.
Según el doctor Marvin Salgado Pérez,
neurocirujano, uno de los primeros residentes del doctor Vanzetti, graduado en
el HEALM y la UNAN-Managua, el postgrado de neurocirugía del HEALFM fue
reconocido oficialmente por la UNAN-Managua en el año de 1990. Además, el
doctor Vanzetti Fuchs como profesor de neurocirugía ejercía el rigor académico
con los médicos residentes y dotó de libros y herramientas (aspirador
ultrasónico, transductor de presión intracraneal), al departamento de
neurocirugía del HEALFM.
En la década de 1980 también fue parte
del equipo de neurocirujanos del HEALFM el doctor Francisco José Taboada León (q.e.p.d.), graduado en Francia.
Y en la década de 1990 el doctor Muñoz, graduado en México; así como el doctor Harry Torres,
graduado en el Instituto Neurológico
de Colombia, en Bogotá.
Según Amador (2012), en el año de
1980:
Hasta 1990 se tenían herramientas básicas de neurocirugía y se trabajaba con las técnicas diagnósticas tradicionales: arteriografía carotídea, neumoventriculografía, mielografía lumbar y cisternal, usando medios de contraste yodado, según el doctor Salgado Pérez.
Durante la gestión como ministro de
salud, el neurocirujano Amador Kühl, entre julio de 1979 y julio de 1980, a lo
largo del primer año de la Revolución Popular Sandinista (proceso histórico que
provocó importantes cambios en todos los ámbitos de la sociedad nicaragüense), se
construyó el hospital departamental de Matagalpa (después llamado César Amador
Molina, el nombre del hijo del doctor Amador Kühl, secuestrado y asesinado por
la Guardia Nacional, en junio de 1979, en Managua); se rehabilitó el Hospital
del Niño Manuel de Jesús Rivera “La Mascota”; y dejó cuatro hospitales en
proceso de construcción, entre ellos, el hospital departamental de Rivas
(posteriormente llamado Gaspar García Laviana) (Amador, 2012).
Además, impulsó el proyecto de
reducción de la brecha salarial existente entre los trabajadores del ministerio
de salud e inició la política de medicina preventiva con las campañas masivas
de vacunación, que en pocos años permitieron erradicar a la endémica
poliomielitis y reducir otras enfermedades infecto-contagiosas que azotaban a
gente pobre (Amador, 2012).
“…el servicio de
neurocirugía se ofrecía en dos hospitales: algunos neurocirujanos residentes y
especialistas trabajaban en el Manolo Morales y otros estaban en el Lenín
Fonseca, que era un hospital del seguro social y que por lo tanto tenía
equipamientos para hacer trabajos de neurocirugía. Así, yo regresé a trabajar
como neurocirujano en el hospital Manolo Morales y posteriormente me trasladé
al Lenín Fonseca cuando se fusionaron en un solo Centro Nacional de
Neurocirugía. En este hospital fui jefe hasta un poco antes de mi jubilación,
ya que me sentí frustrado porque no teníamos material de reposición ni equipos
para hacer diagnóstico de neurocirugía; carecíamos de medios de contraste y se
trabajaba con grandes dificultades; yo estaba acostumbrado a trabajar con todas
las herramientas; seriógrafo para hacer las arteriografías y con mi
instrumental personal con el cual había hecho operaciones de cerebro, columna y
[enfermedad de] Parkinson a pacientes de sala general; pero en ese tiempo de la
revolución, los hospitales fueron muy afectados, particularmente en cuanto a
material de reposición.”
El doctor Amador Kühl se jubiló en el
año de 1988, para dedicarse a la práctica privada, en la Policlínica
Nicaragüense (Amador, 2012).
Después de la jornada
guerrillera de Pancasán fue capturado por la Guardia Nacional, desaparecido por
más de un mes, encarcelado en el fortín de Acosasco, de la ciudad de León, y
torturado día de por medio por Domingo Gutiérrez, un militar que recientemente
había regresado de entrenarse en técnicas de contrainsurgencia en Brasil, y que
viajaba de Managua a León solamente para torturarlo.
Una cosa es llamativa en el libro de Amador
(2012): no menciona en ningún momento a los doctores Carlos Vanzetti Fuchs y
Sócrates Flores Vivas. Es muy difícil haberlos obviado. A Vanzetti Fuchs por el
papel desempeñado en el Hospital Lenin Fonseca, como pionero de la formación de
especialistas en neurocirugía, en Nicaragua; hospital donde Amador Kühl realizó
sus últimos años de práctica en el servicio de salud pública, antes de
jubilarse. Y por otro lado, el doctor Flores Vivas ocupó importantes responsabilidades
en el ministerio de salud, precisamente cuando Amador Kühl era el ministro de
salud.
En cuanto al doctor Vanzetti, conviene
recordar esta cita textual del capítulo ¡Al fin, en palacio!, del libro Adiós muchachos, escrito por Ramírez
(1999):
Llegaban también médicos para sumarse a las brigadas sanitarias,
como el doctor Ernst Fucks [sic], un afamado neurocirujano que atraído por la
lucha en Nicaragua había abandonado su consultorio en la Kurfüstendamm de
Berlín, y a quien alojamos en mi casa de Los Yoses antes de su partida hacia
el Frente Sur. Surgió entonces la leyenda de Sacco y Vanzetti. Su seudónimo de
guerra pasó a ser Vanzetti, pues oyó que al [ahora] comandante guerrillero
Richard Lugo lo llamaban Saco, pero sólo porque antes de cada combate se
convertía en un verdadero saco de nervios. Vanzetti, y así se quedó ya para
siempre, vive en Managua y sigue operando a los pacientes pobres del Hospital
Lenín Fonseca, falto de instrumentos y muchas veces de hilo de sutura (p. 251).
Merece recordarse al doctor Sócrates
Flores Vivas, neurocirujano con estudios en Colombia y Suiza, y quien fuera un
destacado líder estudiantil universitario en la década de 1960, en la ciudad de
León, locutor de un programa de noticias y música en radio Circuito (situada en
las cercanías del edificio central de la UNAN), y colaborador del FSLN, según
Fisher (2010).
Mi padre, Luis Fisher Pérez, conoció a
Sócrates Flores Vivas, cuando éste era estudiante de medicina y llegó a Cuba,
donde impartió algunas clases teóricas a un grupo de guerrilleros nicaragüenses
del naciente FSLN, en 1961, lo cual dejó plasmado en su libro testimonio (Fisher,
2010).
El doctor Sócrates Flores Vivas nació
en San Marcos, Carazo, el 10 de octubre de 1943. Estudió medicina en León.
El Comandante de la Revolución Tomás
Borge Martínez, en su libro La paciente impaciencia (2010) menciona al doctor
Sócrates Flores, cuando en las montañas de Pancasán, en 1967, Carlos Fonseca,
Silvio Mayorga y Francisco el Chelito
Moreno tuvieron escalofrío, fiebre y cefalea. Borge Martínez era algo así como
el enfermero y echó mano de sus precarios
conocimientos de antiguo visitador médico. Suponiendo que se trataba de
paratifus, se arriesgó con el arriesgado
asesino de la flora bacteriana: el cloranfenicol. Además, agrega:
De todas formas enviamos un correo urgente a la ciudad y,
algunos días después, llegó el médico Sócrates Flores, quien había sido alumno
en la Academia Militar de La Habana, donde nos graduamos de subtenientes.
Sócrates confirmó mi diagnóstico. Los enfermos estaban mejorando y la llegada
de Sócrates sirvió para informarnos sobre los comentarios en la Universidad
Nacional y entre los partidos.
Todo estaba más o menos tranquilo, la vida política pasaba por
un periodo de siesta y expectativa (p. 198).
Ortega (2017)
apunta lo siguiente:
…el médico de la
guerrilla [de Pancasán] Oscar Danilo Rosales, quien por un tiempo cuenta con el
apoyo en la montaña del doctor Sócrates Flores, dirigente del FER [Frente
Estudiantil Revolucionario]... (p. 233).
En 1969 se ganó una beca para estudiar
neurocirugía en Cali, Colombia, donde fue un excelente residente. Al finalizar,
ganó una convocatoria para trabajar en Estados Unidos y Canadá; pero no viajó a
dichos países, porque a los pocos días el doctor Mahmut Gazi Yasargil, de
origen turco y fundador de la microneurocirugía, radicado en Zurich, Suiza,
había convocado a neurocirujanos jóvenes, recién graduados, para entrenarse con
él.
Parte de los requisitos era hablar
inglés, francés y alemán. Como el doctor Flores no sabía alemán, ingresó a un
curso de alemán, en Colombia. Después ganó una de las cuatro plazas ofrecidas
por el doctor Yasargil y partió a Zurich, Suiza a entrenarse como fellow durante dos años, entre 1975 y
1976, con el propio Yasargil, quien dirigía el mejor centro de neurocirugía del
mundo, en esa época.
Yasargil, un médico graduado en la
Universidad de Jena, Alemania, había sido rechazado y expulsado por los
alemanes e igualmente le pasó en Estados Unidos. Sin embargo, en Suiza lo
supieron valorar y en dicho país sustituyó, en 1973, al famoso neurocirujano
Hugo Krayenbühl, cuando éste se jubiló. Yasargil realizó cirugías antes
impensables, sobre todo en la enfermedad cerebrovascular; operó a pacientes con
epilepsia y neoplasias con material diseñado por él mismo, realizó 7,500
operaciones intracraneales, entre 1973 y 1993, y se convertiría en una de las
figuras más destacadas de la neurocirugía mundial, a la altura de Harvey
Cushing, de acuerdo a Rodríguez (2015).
Yasargil fue reconocido en el año
1999, como Neurocirujano de la segunda mitad del siglo XX (1950-1999), durante
el Congreso Anual de Cirujanos Neurológicos, según Tew (1999). Harvey Cushing
es considerado el Neurocirujano de la primera mitad del siglo XX, de acuerdo a
Laws (1999).
Radio Circuito es la emisora donde Jesús
Miguel “Chuno” Blandón inició la transmisión del programa de sátira política El
tren de las seis. El doctor Sócrates Flores declamaba poesía, cantaba y tocaba
guitarra. No tomaba licor, ni fumaba. Compartió transmisiones con Sucre Frech,
en la liga profesional de baseball, teniendo a cargo los anuncios
publicitarios.
Durante la década de 1980 el doctor
Sócrates Flores Vivas mantuvo su actividad
política, como diputado del Partido Liberal Independiente (PLI), del cual era
el vice-presidente nacional, según su hermano, el doctor Luis Flores. El PLI
era parte del Frente Patriótico de la Revolución, junto al Partido Popular
Social Cristiano y otras fuerzas políticas.
De acuerdo al
diario Barricada (1980), el doctor Flores Vivas fue miembro de la convención
del PLI por muchos años, electo secretario general de ese partido en 1978 y
designado representante del mismo ante el Consejo de Estado. Se perfilaba como
candidato a la presidencia del PLI, a la cual sería postulado en la convención
del mes de abril de 1980.
El doctor Sócrates Flores
Vivas después del triunfo de la Revolución Sandinista trabajó en la
organización del sistema único de salud. En agosto de 1979 fue nombre
responsable de docencia médica superior del Ministerio de Salud Pública y posteriormente
de relaciones internacionales. En febrero de 1980 fue designado para atender,
en los hospitales públicos, a los pacientes que necesitaban microneurocirugía.
Desafortunadamente el
doctor S. Flores Vivas murió ahogado, junto a un hijo menor de edad, el domingo 1 de
marzo de 1980, en la playa el Tránsito, de la costa del Pacífico, en el
departamento de León, alrededor de las dos y media de la tarde, cuando estaba
en la plenitud de su vida, faltando unos pocos días para ser electo como primer
vice-presidente de la junta directiva del Consejo de Estado (poder legislativo).
En la ceremonia de instalación de la directiva parlamentaria la silla que
correspondía al doctor Flores Vivas estaba vacía. Fue homenajeado durante tres
días y sepultado en el Cementerio Occidental de Managua, recuerda su hermano y
médico oftalmólogo, Luis Flores.
Este hecho, sugiere que el doctor
Sócrates Flores Vivas fue asesinado por agentes contrarrevolucionarios que
intentaban fracturar la institucionalidad y romper la alianza del FSLN con la
oposición moderada, a la que pertenecía el PLI, y que no deseaba o no apoyaba
la guerra de baja intensidad que promovía el gobierno de Estados Unidos para
destruir a la Revolución Sandinista. Actualmente, existe un centro de salud que
lleva el nombre del doctor Sócrates Flores, ubicado en el barrio Santa Ana Sur,
de la capital, como un homenaje a ese médico, neurocirujano, brillante.
Hasta 1990 se tenían herramientas básicas de neurocirugía y se trabajaba con las técnicas diagnósticas tradicionales: arteriografía carotídea, neumoventriculografía, mielografía lumbar y cisternal, usando medios de contraste yodado, según el doctor Salgado Pérez.
La neurocirugía nicaragüense
experimentó un gran avance, en el área diagnóstica, cuando en diciembre de 1991
el doctor Enrique Jiménez Quezada instaló el primer tomógrafo axial
computarizado, en Nicaragua, que funcionó en una clínica privada, ubicada en
residencial Bosques de Altamira, en la capital Managua (Fisher, 2011). En cuanto a este importante hecho, Amador
(2012) señaló: el invaluable servicio
aportado a la medicina por el doctor Enrique Jiménez Quezada, neurorradiólogo,
quien trajo el primer tomógrafo a Nicaragua (p. 89).
Dada la perseverancia del doctor Fuchs
o Vanzetti el programa de especialización en neurocirugía fue acreditado por la
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), a mediados de la
década de 1990, lo que representó un salto cualitativo muy importante.
En el año 2006 se graduó, en el
HEALFM, la primera neurocirujana de Nicaragua, la doctora Carolina Cantarero,
quien realizaría posteriormente la primera neurocirugía con la técnica de
navegación, en el Hospital Privado Salud Integral, con un neuronavegador traído
desde Costa Rica, porque en ese momento no había en Nicaragua.
Con el paso de los años el servicio de
neurocirugía del HEALFM convirtió a este hospital en el centro nacional de
referencia neuroquirúrgica, que experimentó un gran impulso cuando en 2008,
durante el gobierno revolucionario del FSLN, se inauguró el Centro de Alta
Tecnología, que incluyó un tomógrafo computarizado de seis cortes y un
resonador magnético de 0.35T, de tipo abierto, como una donación del presidente
venezolano Hugo Chávez Frías y la Alianza Bolivariana de los Pueblos de América
(Alba). Por primera vez un hospital del sistema de salud pública tenía
tomógrafo computarizado y resonador magnético nuevos (Fisher, 2009; Fisher,
2011).
La llegada al país del primer
resonador magnético, en 1997, instalado en una clínica privada, ayudó a mejorar
la capacidad diagnóstica en la neurocirugía; aunque dicho equipo funcionó poco
tiempo. Sin embargo, este avance fue mucho mayor cuando el Hospital Bautista
instaló el primer resonador magnético de buena calidad, en el último trimestre
de 1999; el primero en un hospital del país; pero de tipo privado (Fisher, 2010).
La primera embolización exitosa de un
aneurisma intracraneal, en el país, fue realizada en el año 2012, por el doctor
Julio Castillo, neuro-radiólogo intervencionista, en un hospital privado (Fisher,
2015).
El 13 de octubre de 2014, el Hospital
Monte España inauguró su sala de neurocirugía con el neuronavegador S7, que
permite ver la anatomía en tres dimensiones (3D) y para lo cual se invirtieron
1.2 millones de dólares (Jarquín, 2014).
A partir del año 2015, en el HEALFM,
los doctores Rolando Hernández Olivas y Eduardo Cáceres iniciaron la cirugía de
la región selar por medio de la técnica trans-esfenoidal. Actualmente, el
doctor Hernández Olivas realiza dicha cirugía con técnica endoscópica.
En el HEALFM fueron realizadas, en el
año 2017, cuatro embolizaciones de aneurismas intracraneales, por los doctores
Hernández Olivas y Cáceres.
Hasta el año 2019 se han graduado
aproximadamente 50 neurocirujanos, formados en el HEALFM, con título
universitario extendido por la UNAN-Managua, entre los cuales se pueden
mencionar a los doctores: Soza, Salgado, Sampson, Avilés, Vega, Bodán, Ortiz, Arcia,
Hernández Olivas, entre otros.
En los últimos años, algunos de los
miembros de las nuevas generaciones de neurocirujanos han recibido
entrenamiento, en el extranjero, sobre áreas más especializadas, como el
intervencionismo o la neurocirugía pediátrica.
Historia de la neurocirugía en Nicaragua, es el título del libro publicado, en abril de 2021, cuyo autor es el radiólogo Lenin Fisher.
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