domingo, 3 de marzo de 2019

MÉDICOS RESIDENTES Y POLÍTICAS PÚBLICAS EN NICARAGUA


Médicos residentes y políticas públicas en Nicaragua

Lenin Fisher

Los médicos residentes de las especialidades médico-quirúrgicas en Nicaragua han experimentado diferentes políticas públicas de gobiernos con orientación política e ideológica diversa.

Antes de la Revolución Popular Sandinista, los médicos residentes rotaban, se entrenaban o se perfilaban en una especialidad, de un determinado hospital; pero al final de tres años no obtenían un título universitario que los acreditara como especialistas. Otros, para lograr este objetivo, viajaban a otro país, becados o por su propia cuenta, para especializarse en algún área de la medicina.

En 1982 el gobierno sandinista, o sea, la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, presidida por el Comandante de la Revolución Daniel Ortega Saavedra, orientó al Ministerio de Salud y la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), iniciar los programas de especialidades médico-quirúrgicas, con reconocimiento o título universitario. Dichos programas de postgrado iniciaron en 1983 y los residentes que ya estaban perfilándose en determinada especialidad fueron reconocidos oficialmente como tales. Ese hecho fue un gran paso con alto sentido nacionalista.

En abril de 1990, el gobierno sandinista encabezado por el presidente Daniel Ortega S., entregó 270 plazas de trabajo para médicos residentes, en los hospitales escuela del Ministerio de Salud. Sin embargo, en enero de 2007, el gobierno neoliberal del presidente Enrique Bolaños entregó solamente 87 plazas de trabajo para los médicos residentes. En otras palabras, el neoliberalismo de los gobiernos presididos por Violeta Barrios, Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños redujeron 183 plazas de trabajo para médicos residentes, desde 1990 hasta 2006, lo cual evitó que se especializaran alrededor de 2500 médicos. Todo este proceso de regresión en los programas de especialización médico-quirúrgica era parte del recorte del gasto social fondomonetarista. Ya en 1993 había empezado la privatización de la salud, la cual se detuvo hasta que el FSLN regresó al poder después de ganar las elecciones de noviembre de 2006.

En octubre de 1997, los médicos residentes realizaron una huelga durante 15 días porque el gobierno liberal y neoliberal del presidente Arnoldo Alemán Lacayo, pretendía disminuir un total de 400 plazas de trabajo en el Ministerio de Salud y pasar a los médicos residentes de la categoría de trabajadores a estudiantes, lo cual significaba que dejarían de ganar alrededor de 1500 córdobas a 500-600 córdobas. Ante la huelga, el gobierno cedió y no aplicó la medida que le exigía el Fondo Monetario Internacional (FMI).

A partir de enero de 1998 los médicos de base de distintos hospitales públicos iniciaron una huelga para pedir aumento salarial, porque en ese momento el salario devengado por los médicos era de 90 dólares. Esta huelga fue estimulada de alguna manera por el ejemplo dado por los médicos residentes, en octubre de 1997. Los médicos residentes apoyaron la huelga de los médicos de base y sobre ellos recayó el mayor peso de las acciones. En julio de 1998, durante el gobierno del presidente Alemán Lacayo, finalizó dicha huelga médica y el salario de los médicos aumentó de 90 dólares a casi 300 dólares. La represión policial no se hizo esperar durante la huelga médica; y los despidos masivos, como otra forma de represión, desarticuló al cuerpo docente de varios hospitales escuela. El colmo fue que una carta de despido fue llevada al lecho del doctor Roberto Calderón Gutiérrez, quien sufría una enfermedad terminal, había sido considerado como uno de los ciudadanos notables y no ocultaba su simpatía por los gobiernos de derecha, libero-conservadores y neoliberales.

Posteriormente, durante el gobierno neoliberal del presidente Enrique Bolaños, hubo otra huelga médica, desde el 13 de noviembre de 2005 hasta el 12 de mayo de 2006, y que logró que el salario de los médicos alcanzara los 500 dólares.

A partir de abril de 2007, el gobierno sandinista, otra vez en el poder, presidido por el comandante Daniel Ortega, aumentó el valor de las becas de los médicos residentes, las cuales llegaron a ser de 800 dólares. En 2009, el gobierno sandinista también aumentó el salario de los médicos, que laborasen ocho horas en el Ministerio de Salud, a 1200 dólares. Un paso concreto para tratar de equiparar los salarios de los médicos nacionales con los salarios en otros países centroamericanos.

Desde abril del año 2007, el gobierno sandinista aumentó el número de plazas de trabajo para los médicos residentes hasta 300; cifra que ha sido casi constante a lo largo de una década. Actualmente,  para el Estado nicaragüense el costo de especializar a un médico es, en promedio, de 42 mil dólares. La formación de un médico residente, es decir, especializándose, es una fuerte inversión social del Estado.

Actualmente, la política de ingreso de los médicos residentes contempla criterios académicos y universitarios, así como las necesidades reales de la población y el Ministerio de Salud, en cada Sistema Local de Atención Integral en Salud (Silais), de las distintas zonas del país.

En los últimos doce años, es decir, durante más de una década del gobierno sandinista, se han construido 17 hospitales primarios, con capacidad para 30 o 40 camas, ubicados en municipios de los cuatro puntos cardinales. Asimismo, se construyeron, en la capital Managua, los hospitales Solidaridad, Militar Alejandro Dávila y Occidental Fernando Vélez Paiz, los cuales han fortalecido el entrenamiento de los médicos residentes y se han convertido en nuevas fuentes de trabajo para los especialistas recién graduados.
  
También ha sido parte de la política fiscal del gobierno sandinista, desde hace unos ocho a nueve años, retener solamente el impuesto sobre la renta (IR) del salario mensual de los médicos del sistema de salud pública y no cobrarles impuestos a través de una declaración anual.

En conclusión, este es un resumen de cómo las políticas públicas del gobierno han afectado o beneficiado a los médicos residentes y a los médicos especialistas del Ministerio de Salud. Las evidencias indican de manera irrefutable que el gobierno sandinista ha beneficiado a los médicos del sistema de salud público más que ningún otro gobierno; y ha ejecutado las políticas más consecuentes con el interés nacional de mejorar la salud de todo el pueblo nicaragüense.

Managua, Nicaragua 3 y 6 de marzo de 2019
Colegio Nicaragüense de Radiología