Historia de la
radioprotección o protección radiológica
Lenin Fisher
La protección radiológica empezó 25 años después del
descubrimiento de los rayos X por Roentgen (1895), 24 años después del de la
radiactividad natural por Becquerel (1896) y ocho años después de que von Laue,
Friederich y Knipping (1912) demostraran que los rayos X eran una radiación
electromagnética y resolvieran la incógnita de Roentgen.
La radio-protección
fue iniciada por el físico médico, de origen sueco, Rolf Sievert, en 1920. Sin duda alguna, la mayor contribución de Sievert a la
ciencia fue estudiar los efectos biológicos de la radiación ionizante. Luego, en 1928, se diseñó el primer contador de radiación
Geiger-Müller.
Posteriormente,
en 1930, se establecieron los primeros límites de radiación para los
radiólogos.
Müller
observó las mutaciones en las masas obreras, particularmente en las
trabajadoras de fábricas que elaboraban productos que contenían el elemento
químico radio, y describió el aumento en la incidencia de cáncer de labios y
boca.
En los
Estados Unidos, para el año 1942, el doctor Robert Stone da un gran impulso a
la radio-protección, planteando la necesidad de las exposiciones a dosis de
radiación lo más baja posible para los trabajadores, lo que llevó al nacimiento
de una nueva disciplina científica: la radiobiología.
El Comité
Internacional de Protección Radiológica (CIPR), en el año de 1954, disminuyó
los límites de dosis de radiación para los trabajadores y el público expuestos.
En 1964,
Sievert fundó la Asociación Internacional de Radioprotección. Posteriormente,
en 1979, la Comisión General de Pesos y Medidas nombró como sievert (Sv) a la
unidad de dosis de radiación equivalente (Wikipedia, 2022).
Nuevamente,
en 1990, se efectúa una importante disminución de los límites de dosis de
radiación para los trabajadores y el público. En esta época fue cuando la
prudencia se volvió la piedra angular de la protección radiológica con la
aplicación del criterio ALARA (As Low As
Reasonably Achievable), que en español significa: Tan bajo como sea
razonablemente posible. Esta es pues, la regla de oro para todos aquellos que
trabajan con radiaciones, especialmente si son del tipo ionizante.
Managua,
Nicaragua, 26 de diciembre de 2022
Colegio Nicaragüense de Radiología
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