Historia de la Medicina Interna en
Nicaragua
En memoria del doctor Roberto Zapata
Sobalvarro,
ex-Decano y sobreviviente de la masacre
estudiantil
del 23 de julio de 1959, en León de Nicaragua.
Para
escribir sobre la historia de la especialidad de Medicina Interna (la que
estudia las enfermedades de los órganos internos del cuerpo humano), en
Nicaragua, se deben tomar en cuenta varios aspectos relevantes, entre los
cuales mencionaremos algunos, sin pretender abarcar todo el tema:
“El
Trío o Cuarteto de la Sorbona”, un grupo de cuatro médicos que estudiaron en la
prestigiosa universidad francesa, regresaron a Nicaragua a finales del año 1920
y ejercieron su práctica médica en León; ellos fueron: Humberto Tijerino
Delgadillo (el Mono Sabio), Pedro Alcides Delgadillo Castillo, Alfonso Argüello
Cervantes y Luis Alberto Martínez Martínez. Todos laboraron en el Hospital San
Vicente de Paúl, cuando predominaba la escuela quirúrgica de Luis Henry Debayle,
traída también desde Francia, la cual era básicamente anatómica, aséptica y
hemostática. Eran los tiempos en que a las clínicas privadas les llamaban Casas
de Salud. Tijerino, Martínez y Delgadillo fueron los pioneros de la Medicina Interna
en Nicaragua (el trío de internistas de la Sorbona). Ellos ejercieron una gran
influencia y marcaron una época en la historia de la medicina nacional. Eran
tiempos cuando no existían los antibióticos, los cuales fueron inventados años
más tarde.
El
doctor Humberto Tijerino Delgadillo (León, 20-3-1902 - Los Ángeles, California,
Estados Unidos, 31-5-1974) fue también un entusiasta profesor de radiología en
el Hospital San Vicente de Paúl (hasta 1964, según recuerda su ex-alumno, el
doctor Oscar Aragón Téllez, oftalmólogo). Tomaba radiografías en su consultorio
privado, el cual estaba ubicado de la Casa Prío una cuadra al oeste (abajo), en
la propia esquina (donde ahora es el Parque de los Poetas). Se opuso a la
destrucción de más del 90% de casas coloniales de la manzana donde se destruyó
el colegio Beato Salomón y se construyó, en su lugar, el colegio La Salle, a
mediados del siglo XX, por lo que no abandonó su casa de habitación, en la
Calle Real, ni aceptó ningún tipo de negociación con los religiosos jesuitas,
que sustituyeron las casas del centro histórico con una malla ciclón. Fue un
desastre arquitectónico. Se rompió la armonía urbanística. Se alteraron las
cuatro esquinas coloniales, características de León, al sureste y al noreste. La
esquina de la casa colonial de Rubén Darío (después nombrada Museo Archivo)
quedó desangelada, sin una casa colonial en el lado opuesto. Y para rematar, se
permitió la construcción de casas de dos pisos, con diseño moderno, en pleno
centro histórico-colonial. El diseño del mismo colegio La Salle no fue acorde a
las características de la ciudad de León, porque estaba dirigido a la clase
social alta, en medio del “boom” algodonero, que empezó en la década de 1950. En
efecto, la posición del doctor Tijerino nos refleja sus valores y su calidad
humana.
Además,
el doctor Tijerino Delgadillo fue víctima del racismo al apodarle “el Mono
Sabio” debido a los rasgos de raza negra o afrodescendiente (como dicen ahora)
y a su gran inteligencia. En cambio, al doctor Luis H. Debayle solamente le
llamaban “el Sabio Debayle”, porque era de raza blanca, miembro de la
aristocracia y de ascendencia francesa. El doctor Tijerino es reconocido como
uno de los cinco primeros radiólogos de Nicaragua. En efecto, es el tercer
radiólogo, solamente detrás de Rosendo Rubí Delgado (el pionero en León, a
partir de 1902) y Juan José Martínez Moya (en Granada, donde aplicó los rayos X
a la obstetricia). Según el doctor Enrique Jiménez Quezada, neuro-radiólogo, el
doctor Tijerino impartía clases de radiología colocando las placas
radiográficas en negatoscopios, emitía diagnósticos empleando pocas palabras y tenía
dos características como profesor: puntualidad y humildad.
A
continuación, tres anécdotas sobre el doctor Humberto Tijerino Delgadillo:
“El radiólogo Arnoldo Quant [del Hospital Escuela Oscar Danilo Rosales
Argüello] me relató que cuando era niño fue atendido por el doctor Humberto
Tijerino (el Mono Sabio), quien era médico internista y se dedicaba al
ejercicio y enseñanza de la radiología. Su mamá lo llevó al
consultorio privado del doctor Tijerino, en la ciudad de León, el cual estaba
ubicado de la Catedral dos cuadras al oeste, a mano derecha, en la propia
esquina (casas que fueron destruidas durante la guerra de liberación de 1979).
En el mismo lugar el doctor Tijerino daba consulta, realizaba pruebas de
laboratorio y tomaba, él mismo, las radiografías.
El radiólogo pediatra Iván Arauz (…) me comentó durante una presentación
de medios de contraste para resonancia magnética, realizada en un hotel
capitalino, hace casi dos años, que el aparato de rayos X que usó inicialmente
el doctor Humberto Tijerino fue el que usó, con sus propias manos, en la
práctica médica privada, el doctor Rosendo Rubí, padre, pionero y fundador de
la radiología en Nicaragua, desde 1902.
Una vez, el doctor Humberto Tijerino
le preguntó a un médico, en el hospital San Vicente de Paúl, qué observa en la
radiografía de tórax colocada en el negatoscopio. El joven médico le mencionó
una radio-opacidad en el ápice pulmonar, con aspecto redondo, casi parecida a
un balón (abalonada). Después vino la pregunta qué podía ser. A lo cual, el
joven galeno respondió que un cáncer pulmonar. El doctor Tijerino señaló: has
descrito mi propia radiografía, mi caso. Cáncer pulmonar fue la causa de la
muerte del doctor Humberto Tijerino, quien había sido un gran fumador. El joven
médico, Nerio Cabrera, llegaría a ser, años después, neurocirujano,
especializado en México; y se desempeñaría salvando vidas y ejerciendo la
docencia, en los hospitales San Vicente de Paúl y Oscar Danilo Rosales
Argüello, por muchos años, hasta jubilarse.”
El
doctor Luis Alberto Martínez Martínez (1900-1986) era un docente por
naturaleza, labor que realizó por mucho tiempo en el Hospital San Vicente de
Paúl, a cambio de una pequeña remuneración. También fue secretario de la
Facultad de Medicina por muchos años. Su asistente, en el hospital, fue el talentoso
doctor Denis Saavedra, a quien siempre recurría para tomar decisiones
diagnósticas y terapéuticas, preguntándole, un par de veces: ¿Qué decís vos, Denis?... y el joven
doctor Saavedra, que posteriormente estudiaría Medicina Interna en los Estados
Unidos, entraba en acción, abordando al paciente, con sus grandes habilidades
clínicas, entre las que destacaba la capacidad auscultatoria con la inseparable
herramienta del internista: el estetoscopio.
El
doctor Pedro Alcides Delgadillo Castillo (1907-1967), además de la Medicina
Interna, se dedicaba a la dermatología y tuvo un laboratorio clínico enfrente
de la iglesia La Merced, es decir, en la cuadra de la UNAN.
Por su parte, el doctor Alfonso Argüello Cervantes (1901-1977), era
cirujano, en 1932 adquirió un equipo de rayos X. Su clínica estaba situada de
la esquina del Parque de los Poetas dos cuadras y media hacia el norte, a mano
derecha (todavía existe una placa metálica, en su honor, en el frontispicio de
la casa). Su tesis original fue sobre los vasos linfáticos de la vejiga
urinaria, que recibió el reconocimiento del famoso anatomista francés Henri Rouvière (1876-1952), quien la incluyó en su
Tratado de Anatomía Humana.
Después
del Trío de la Sorbona, otros internistas importantes fueron Víctor M. Picasso
(graduado en Francia), Miguel Ángel Chavarría, José Dolores Tijerino, Pedro
Pablo Álvarez, Inocente Leiva, Pío Ortega Aguilar y Jesús Berríos.
Posteriormente, Luis Favilli, Adolfo Montiel, Ezequiel Robleto, César Zepeda,
Alfredo Huete Armijo, Fabio Salamanca Mairena, Joaquín Solís y Enoc Montalván.
El
impacto de la seguridad social, en la década de 1950, cuando los médicos
acostumbrados a ejercer en la práctica privada y a trabajar en los hospitales
públicos por caridad y beneficencia, para ayudar a los pobres y necesitados,
tuvieron que optar por laborar en una institución que ofrecía un horario de
trabajo y salario mensual fijo. Este hecho afectó a la práctica liberal, en el
sentido individual, de la medicina privada, según lo relataron Luis Jacinto
Espinosa Rodríguez (pediatra y radiólogo) y César Amador Kühl (neurocirujano).
Nicaragua
vive la práctica de casi todas las especialidades médicas y quirúrgicas, en la
década de 1960 y la formación de médicos recae hasta 1970 en la UNAN, situada
en la ciudad de León.
En
cardiología sobresalieron Hugo Argüello Gil, Adán Solórzano, Enrique Belli
Cortés, Oswaldo Blandón, Gustavo Sequeira Madriz, Manfredo Pentzke, Donald
Montenegro y Carlos Osorio.
Médicos
internistas destacados en gastroenterología fueron: Juan Ignacio Gutiérrez
Sacasa, Gilberto Guerrero González, Guillermo Marenco y Oscar Jirón.
En
el Hospital General El Retiro y el Hospital del INSS los cardiólogos Enrique
Belli Cortés y Aarón Tuckler realizaron angiocardiografías y aortografías, en
la década de 1960.
En
hematología se recuerda a Enrique Mejía. La tisiología fue practicada por Luis
S. Del Palacio, Augusto Morales Urbina, José María Morales Urbina y René Vargas
López. En neurología sobresalieron Carlos Hurtado y Amín Hassan Morales.
La
labor que realizaron, en León, entre otros médicos internistas famosos, Manfredo
Pentzke, Gustavo Sequeira, Yader Palma, Denis Saavedra, Juan Vargas
(cardiólogo), Benito Saavedra (cardiólogo), Félix Zelaya, Mauricio Jarquín
(nefrólogo), Lorgia Larios (neumóloga), Martha Sediles, Armando Matute
(infectólogo; y Decano de la Facultad de Medicina de la UNAN-León, entre 2009 y
2013) y Ricardo Cuadra (médico internista que fue director general del HEODRA,
entre 2007 y 2019), quienes, a lo largo de las décadas de 1970, 1980 o 1990, en
León y otras ciudades estudiaron, ejercieron o incursionaron en especialidades
de la Medicina Interna, dejando huellas importantes, entre ellas la formación
de nuevos especialistas en Medicina Interna. Denis Saavedra fue el heredero
directo de la tradición transmitida, por el siempre venerado, doctor Luis Alberto
Martínez Martínez, del cuarteto de la Sorbona.
El
primer ecocardiograma fue realizado por el cardiólogo Julio César Terán, en el
Hospital San Vicente de Paúl, de la ciudad de León, a un médico interno, Freddy
Meynard Mejía, en 1975, quien fue Decano de la Facultad de Ciencias Médicas de
la UNAN-Managua (2006-2010; 2010-2014; 2014-2018; y 2018-2022). Vale decir que,
durante estos cuatro periodos, como la más alta dignidad médica, el Dr. Meynard
fue acompañado en el Consejo Facultativo por los médicos internistas Hugo Pérez
(Vice-Decano) y Tyrone Romero Alaniz (coordinador de postgrado).
En
1978, en el Hospital 14 de Julio y a partir de 1979, en el Hospital Antonio
Lenin Fonseca Martínez, el cuerpo de médicos internistas estaba conformado por:
Humberto Collado Solís, Ezequiel Robleto Vega (cuyo nombre lleva el auditorio del hospital y se le recuerda por una de sus frases: Recuerden que una vez no basta), Ernesto Miranda Castillo, Sergio Bonilla López
(intensivista), Juan Ignacio Gutiérrez Sacasa (gastroenterólogo; que fue médico
de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, en 1979), Ronald Corea
(gastroenterólogo), Enrique Belli Cortés (cardiólogo), Donald Montenegro
Pasquier (cardiólogo), José Ángel Montiel (cardiólogo), Aaron Tuckler (cardiólogo),
Armando Silva Navarrete (neurólogo), René Vargas López (cirujano dedicado a la
tisiología o pacientes con tuberculosis), William Rivas Alvarado (neumólogo y
jefe del servicio de Medicina Interna), Teodora Sequeira (neuróloga) y Rigoberto Castillo (neurólogo).
El
reconocimiento con título universitario de especialistas a los médicos que
realizaban su residencia de entrenamiento, a partir de 1982, que incluyó a los
residentes de Medicina Interna y a los maestros que durante muchos años habían
ejercido dicha especialidad; pero que no contaban con el título universitario.
Los primeros títulos fueron extendidos por la UNAN de la ciudad de León.
Además, en 1982 se fundó la UNAN-Managua y en 1984 se instituyó oficialmente su
Facultad de Medicina. La medida fue tomada por la Junta de Gobierno de
Reconstrucción Nacional y permitió que Nicaragua preparara a sus galenos en
diferentes especialidades médicas y quirúrgicas, incluyendo, por supuesto, la
Medicina Interna. En otras palabras, pasaron 24 años desde el inicio de la
Autonomía Universitaria, en 1958, para que una universidad nacional extendiera
títulos a médicos especialistas. Así, antes de la Revolución Popular Sandinista
de 1979 para obtener un título universitario de especialista en Medicina Interna
se debía cumplir un programa de residencia en el extranjero, a través de una
beca o con apoyo económico familiar. En nuestro país los médicos se perfilaban
en Medicina Interna o en otras especialidades al entrenarse durante dos o tres
años en esas áreas; pero al final no recibían el reconocimiento universitario.
Eso cambió a partir de 1982, cuando Nicaragua decidió comenzar a formar a sus
propios especialistas, a los cuales se les otorgaría su respectivo título
universitario.
Así,
desde la década de 1980 existen postgrados de Medicina Interna en los
siguientes hospitales escuela: Oscar Danilo Rosales Argüello (de la ciudad de
León), Antonio Lenin Fonseca Martínez, Manolo Morales Peralta, Alejandro Dávila
Bolaños y más recientemente en el Alemán Nicaragüense (Carlos Marx) y el Carlos
Roberto Huembes (todos en la capital Managua).
En
el Hospital Alemán Nicaragüense el fundador del postgrado en Medicina Interna
fue el doctor Denis Omar Granados Doña, a quien tuve el honor de conocer cuando
él era residente de tercer año de Medicina Interna, en el hospital de León, y
yo un médico interno, en 1994. Denis Granados, Rubén García y Edgard Delgado
eran los tres residentes de tercer año de Medicina Interna (todos ellos
brillantes).
En
el Hospital Antonio Lenin Fonseca Martínez se destacaron, entre otros, los
médicos internistas siguientes: Sergio Ordóñez, Auxiliadora Rosales, Noel Lorío
Juárez (cardiólogo), Walter Díaz Neira (neurólogo), Mario Espinoza (neumólogo),
Gustavo Morales (gastroenterólogo), Julio Flores (nefrólogo), Danilo Rivas
(nefrólogo), Álvaro López Largaespada (también farmacólogo clínico; subdirector
docente por varios años e impulsor de un diplomado en farmacología clínica,
entre 2003 y 2015, periodo en que se graduaron alrededor de 400 estudiantes,
entre médicos y químico-farmacéuticos) y Lucía Villagra (endocrinóloga;
impulsora de un diplomado en diabetología, entre 2003 y 2021).
Asimismo,
hay que destacar a los endocrinólogos Roberto Zapata Sobalvarro (Decano de la
Facultad de Medicina de la UNAN-Managua, 1984-1989), Francisco Bolaños y
Armando Silva Navarrete, en los hospitales Carlos Marx, Manolo Morales y Lenin
Fonseca, respectivamente. También hay que recordar que el doctor
En el Hospital Manolo Morales han tenido una destacada labor como formadores de residentes los siguientes especialistas en Medicina Interna: el doctor Gaitán (neumólogo), Gustavo Porras Cortés, Guillermo Porras Cortés (el primer infectólogo del país), Amín Hassan Morales (neurólogo), Fernando Ruiz, Pablo Moreno Padilla (gastroenterólogo), Sayonara Sandino (reumatóloga), Carlos Quant (infectólogo) y Ramón Ulises López Funes. El doctor Fernando Ruiz (q.e.p.d.), graduado en el Hospital Escuela Oscar Danilo Rosales Argüello, de León, fue el que introdujo la lista completa de problemas, en el expediente clínico, del servicio de Medicina Interna, en el Hospital Manolo Morales Peralta, a partir de su llegada en 1989, después de un esfuerzo de convencimiento a los demás colegas, que en su mayoría se habían formado como internistas en este último hospital. El doctor Fernando Ruiz por varios años tuvo el cargo de delegado de la Facultad de Ciencias Médicas de la U.N.A.N.-Managua, ante el Hospital Manolo Morales Peralta. Además, fue el primer médico al cual, la institución académica, antes mencionada, le entregó el título de Maestro Honorífico.
En
el Hospital Militar Alejandro Dávila Bolaños, para la década de 1990, en el
staff de internistas estaban: Carlos Bayardo Romero, Jorge Tinoco, Alejandro
Espinoza (diabetólogo), Sergio Martínez Ordóñez (cardiólogo), Mario Cortez
(intensivista), Álvaro Morales (cardiólogo), Lucía Areas (endocrinóloga), Jorge
Cuadra (neumólogo), Alfonso Zamora (nefrólogo), Octavio Duarte (neurólogo),
Róger Martínez (gastroenterólogo) y Joaquín Solís Piura (quien fue el primer
Rector de la UNAN-Managua, entre 1982 y 1983; posteriormente, vice-ministro de
salud; y a quien dicha universidad le otorgó un Doctorado Honoris Causa, en el
año 2015). El relevo generacional de la docencia de los médicos internistas, en
este hospital ha sido asumido por los doctores Karil Salablanca (infectólogo y
jefe del servicio de Medicina Interna), Alejandro Camacho y Alejandro Espinoza.
Mientras que en el Hospital Carlos Roberto Huembes entre los médicos internistas destacados están: Larry Úbeda, Sergio Ortiz, Jorge Rivas, el cardiólogo Oscar Daniel Rivas Bravo y Enrique Romero, quien se desempeñó como sub-director docente durante varios años y sobre quien recayó la organización de los programas de especialización, con reconocimiento universitario, entre 2007 y 2008, cuando dicho hospital alcanzó la categoría de hospital escuela.
Por su parte, el
médico internista Enrique Sánchez (farmacólogo clínico) ha realizado una labor
importante en el Hospital Metropolitano.
Entre los primeros médicos internistas especializados en reumatología están Ariel Durán (graduado en México, que en la década de 1980 laboró en el Hospital Escuela Manolo Morales Peralta y luego emigró hacia Estados Unidos); Julio Briceño (graduado en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS, y que ejerció en la práctica privada); Sayonara Sandino (graduada en México, quien ha laborado en el Hospital Bautista y en el Hospital Escuela Manolo Morales Peralta, donde ha estado vinculada a la formación de residentes de medicina interna); y Sergio Aragón Lara (graduado en México y que ha laborado en los hospitales Bautista y Metropolitano). Actualmente, en Nicaragua existen alrededor de 15 médicos internistas, especialistas en reumatología, según el doctor Sergio Aragón Lara.
El médico
internista René Argeñal Gómez fue Decano de la Facultad de Medicina de la
UNAN-Managua, en dos periodos (1990-1994 y 1998-2002) y ha publicado los libros Estampas
de la medicina (Vanguardia, 1993)
y Otras estampas de la medicina (Monseñor
Lezcano, 2016), una colección de relatos llenos de humor y humanismo, que
reflejan la dinámica del quehacer médico. Asimismo, el doctor René Argeñal
publicó en Bolsa Médica diferentes escritos sobre
actualización de protocolos de tratamiento, que incluían una prueba evaluativa.
En
realidad, un parte de la historia de la Medicina Interna está registrada en Bolsa Médica, una revista publicada en
la década de 1990, por el periodista Emigdio Suárez, que contenía artículos
relacionados con todas las especialidades médicas, varios de los cuales fueron
escritos por el sobresaliente médico internista Vicente de la Cruz Maltez Montiel
(comunicador social, abogado y químico-farmacéutico), quien además, ha hecho
una gran labor educativa sobre los aspectos de la salud y enfermedad, en
programas radiales y televisivos, que son de interés para todos los médicos,
los trabajadores de la salud y el pueblo en general. Maltez Montiel también publicó
el libro Larga vida y prosperidad (2012),
que sintetiza los conocimientos transmitidos a lo largo de su continua campaña
de educación para la salud.
Algunas
referencias de los ensayos publicados en Bolsa
Médica, que pueden ayudar a construir la historia de la Medicina Interna
nicaragüense, son las siguientes:
a) López Largaespada, AR. Desarrollo
de la medicina interna. Bolsa Médica. No. 8; Abr. 1994: 9
b)
Maltez Montiel, V. Apuntes y reflexiones sobre la historia de la medicina
interna en nuestro país. Bolsa Médica. No. 8; Abr. 1994: 4-5
c)
Maltez Montiel, V. Hospital San Juan de Dios. Granada. Bolsa Médica. No. 13; Sept.
1994: 4-10
d) Berríos Valladares, G. 90
años de cirugía en León. Bolsa Médica. No. 6; Feb. 1994: 4-6
e)
Mendieta B, W. Remembranzas de los congresos médicos nacionales. Bolsa Médica.
Oct. No. 14; 1994: 11
f)
Bolsa Médica. El Hospital José
Nieborowski a sus 76 años. No. 19; Mar. 1995: 2-6
g)
Incer Barquero, A. Los médicos de Boaco desde 1870 hasta 1970. Bolsa Médica. No. 19; Mar. 1995: 36-39
h) Maltez Montiel, V. El Hospital
General de Managua. Bolsa Médica. Oct. No. 14; 1994: 4-10
i) Bolsa Médica. El
Retiro: 10 años de aporte a la medicina nacional. No. 16. Dic. 1994: 4-7
j) Suárez García, P. Médicos y hospitales,
huellas imborrables de la Perla del Septentrión. Bolsa Médica. No. 24; Ago. 1995: 3-17
k) Borge, A. Centro Médico:
primera agrupación para el ejercicio privado de la medicina en Nicaragua. Bolsa
Médica. No. 17; Ene. 1995: 3-5
l)
Maltez Montiel, V. El Hospital, su historia en Nicaragua y nosotros los
médicos. León: 400 años de tradición médica. Bolsa Médica. No. 11; Jul. 1994:
4-10
ll)
Instituto Nacional de Radioterapia y Oncología de Nicaragua: El más moderno de
Centroamérica. Bolsa Médica. No. 16; Dic. 1994: 22-23
m)
Montiel, J. A. Referencias históricas de la medicina. Bolsa Médica. No. 5; Ene.
1994: 26-27
n)
Bolsa Médica. Jefes Nacionales de Enseñanza. No. 22; Jun. 1995: 12-13
ñ)
Bolsa Médica. Hospital Bautista: 64 años de servir. No. 7; Mar. 1994: 30-31 o) Quintana, D. Sequeira Madriz, G. Un
hospital que progresa. Bolsa Médica. Año II; No. 8; Abr.
1994: 14
p)
Bolsa Médica. Un hospital que progresa, un personal que se supera cada
día…valiosa ayuda de apóstoles de la bondad.
No. 11; Jul. 1994; 41
q)
Montiel, J. A. Medicina privada y estatización de la medicina. Bolsa Médica. No. 5; Ene. 1994: 28
r) Bolsa Médica. Presidentes
1995: organizaciones médicas y de salud de Nicaragua. No. 18. Feb. 1995: 24-25
s)
Bolsa Médica. Noticias médicas. Nacen programas médicos de televisión. Año III.
No. 20; Abr. 1995; 38
t)
Bolsa Médica. Los acontecimientos médicos más importantes de 1995 en Nicaragua.
No. 28. Dic. 1995; 10-12
u)
Berríos Valladares, G. La medicina ilegal: un fácil negocio. Bolsa Médica. 5; Ene. 1994: 28
La
Asociación de Medicina Nicaragüense de Medicina Interna (ANMI) tiene su lugar en la
historia de esta relevante especialidad, que regularmente ha organizado, a lo
largo de muchos años, eventos científicos y académicos de actualización. ANMI obtuvo su personería jurídica en el mes de mayo de 1994. Entre 1995 y 2023 han sido presidentes de ANMI los siguientes doctores: Julio Briceño, Enrique Sánchez, Pablo Castro, Fernando Gutiérrez, Vicente Maltez, Guillermo Porras, Jesús Marín, Adrián Zelaya, José Benito Sánchez y Bismarck Ramón Pérez.
Este
año fue publicado en la Revista Ciencias de la Salud y Educación Médica el
artículo científico titulado Tomografía
de emisión de fotón único para valorar perfusión miocárdica en sospecha de
cardiopatía isquémica, donde un cardiólogo, un internista especializado en
medicina nuclear y dos radiólogos, registraron su experiencia con dicha técnica
diagnóstica.
Finalmente,
deben mencionarse los programas de sub-especialización en las siguientes áreas
de la Medicina Interna: primeramente, en cuidados críticos (desde 2017), y
posteriormente, en nefrología, cardiología y neurología (a partir de 2021).
Esfuerzo que en los últimos cinco años han impulsado el Ministerio de Salud y
la UNAN-Managua, para formar en nuestro propio país, como parte de la política
nacional de salud, a sub-especialistas que mejoren la calidad de la atención en
los hospitales públicos. Efectivamente, la Revolución Sandinista, en la década
de 1980, creó las condiciones materiales para que Nicaragua formara a los
médicos especialistas, aquí mismo, en el país. Y nuevamente, en la segunda década del siglo
XXI, a partir de 2017, la Revolución Sandinista, en su segunda etapa, empezó la
formación de sub-especialistas, en cuatro importantes áreas de la Medicina
Interna.
En
conclusión, en Nicaragua, los herederos de William Osler, en el ejercicio de la
Medicina Interna, podría decirse que han pasado por cuatro grandes etapas: 1) Escuela
francesa y el Trío de la Sorbona; 2) Autonomía universitaria, sin títulos de
especialistas; 3) Títulos universitarios y la Revolución Popular Sandinista; y 4)
Formación de sub-especialistas en Nicaragua: 2017-2023.
Lenin
Fisher
Managua, Nicaragua, 12-22 de septiembre de 2023
Colegio Nicaragüense de Radiología
https://colegionicaraguenseradiologia.blogspot.com/2023/09/historia-de-la-medicina-interna-en.html
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Obregón, V., & Fisher Chavarría, E. L. (2023). Tomografía computarizada por
emisión de fotón único para valorar perfusión miocárdica en sospecha de
cardiopatía isquémica. Revista Ciencias de la Salud y Educación Médica, 4(6),
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https://revistacienciasmedicas.unan.edu.ni/index.php/rcsem/article/view/109
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