Medicina científico-técnica venció a
la pandemia del covid-19
Lenin Fisher
La medicina científico-técnica (MCT) ha vencido a la pandemia del covid-19, causada por el virus SARS-Cov2, en el año 2023. Una verdad de Perogrullo parece la afirmación anterior; pero la verdad debe ser dicha.
Los orígenes de la MCT se encuentran
en el pensamiento racional de la sociedad griega antigua, de hace 2500 a 2600
años. Pensamiento racional que posteriormente se acompañó del desarrollo
incipiente del método científico en el siglo XVII, esa arma poderosa e invicta,
que permite abordar cualquier tema del universo, la materia, la naturaleza, la
vida y la sociedad humana.
En 1796 Jenner (médico rural y poeta)
descubrió y explicó la vacunación contra la viruela, en 23 casos registrados. El
siglo XIX, cuando el desarrollo de las fuerzas productivas del capitalismo iba
en ascenso, la investigación científica logró grandes avances en los
laboratorios, escenarios de los más variados experimentos y el predomino del
enfoque positivista.
La pandemia del covid-19 que ha durado
más de tres años ha causado la muerte de casi 6 millones 800 mil personas,
según las cifras oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin
embargo, dicha entidad señala que debido al sub-registro de casos, en todos los
países del mundo, las cifras pueden superar los 20 millones de fallecidos.
Casi siete millones de seres humanos
muertos por el coronavirus de tipo 2, cuando la población mundial ya ha
superado los 8 mil millones de habitantes, puede sonar una pequeña cantidad;
pero si se compara con los seis millones de judíos, la mayoría de los cuales
eran rusos, asesinados por la Alemania nazi de Hitler, no parece tan pequeña.
Por otra parte, la eventual cifra de 20
millones de fallecidos a causa del Sarcov 2, en medio de la inmensa cantidad de
datos no registrados, a pesar de que vivimos en la era de la tecnología
informática, electrónica y digital, supera los 14 millones de muertos causados
por la Primer Guerra Mundial y es casi la mitad o un tercio de los 50-60
millones de víctimas mortales de la Segunda Guerra Mundial.
En pocas palabras, la pandemia del
covid-19 no fue una gripecita como dijo Bolsonaro, el ex-presidente brasileño.
La peste negra o bubónica (cuyo agente
etiológico es la bacteria Yersinia pestis,
que infecta a pulgas de las ratas), causó la muerte del 30 a 60%, de la
población europea. Los brotes sucesivos mataron entre 80 y 200 millones de
muertos, entre los siglos XIV y XV. En Europa murieron no menos de 25 millones
de personas y entre 40 y 60 millones en África y Asia. Los casi siete millones
o los 20 millones de muertos causados por el covid-19, en el siglo XXI, son una
cantidad mucho menor si se comparan con la peste negra, ante la cual, la
humanidad no contaba con las vacunas, producto de la MCT.
A lo largo del año 2020 hubo alrededor
de 150 proyectos para inventar una vacuna contra el coronavirus, con carácter
de urgencia, en distintos países del mundo (empresas privadas, estatales o
mixtas se involucraron). La primera vacuna registrada fue Sputnik-V, producida
en la Federación de Rusia. En el caso de América Latina, solamente Cuba fue
capaz de producir, a tiempo, vacunas anti-covid-19. Entre otros productores de
vacunas estuvieron: Estados Unidos, China, Reino Unido e India.
Todas las vacunas lograron reducir la
mortalidad y las hospitalizaciones graves, con lo cual los hospitales
comenzaron a disminuir los niveles de sobre-saturación durante los picos
pandémicos. Esos resultados representaron la derrota estratégica de la
pandémica del covid-19, a finales de 2021 y a todo lo largo del año 2022.
Por tales hechos, la OMS, en este
primer semestre de 2023 ha señalado que la emergencia internacional por el
covid-19 ha terminado, sin dejar de considerar a dicha enfermedad una amenaza
para la humanidad, debido a que el coronavirus ha evolucionado muy rápidamente,
presentando múltiples variantes y pasando continuamente de humanos a animales y
de animales a humanos.
El covid-19 pasará a ser endémico, sí
es cierto, y como tal seguirá siendo combatido, porque las enfermedades
endémicas también matan, por ejemplo: la malaria, el dengue, la fiebre
amarilla, etc.). Además, los factores de riesgos y los grupos vulnerables
continuarán existiendo y el coronavirus no se cansará en tratar de sobrevivir
dentro del cuerpo de los seres humanos, pues esa es su dinámica natural,
aumentar su transmisibilidad a costa de su virulencia o agresividad.
La MCT ha vencido a la pandemia del
covid-19, a través, como decía un compañero del primer año de la carrera de medicina,
“del ingenio creador del hombre”. Tal victoria solo pudo ser posible usando el
método científico, a través de la elaboración de vacunas (con tecnología
biomolecular), ensayos clínicos experimentales, la inmunología, la virología, fabricando
medicamentos y equipos más eficientes, realizando pruebas de gasometría y
diagnóstico de la infección viral, tratando mejor las complicaciones y por
supuesto de las medidas preventivas para disminuir la propagación y transmisión
del coronavirus. Siempre es válida la máxima médica de “es más barata una onza
de prevención, que una libra de curación”.
Aunque a muchos les haya costado entender
y aceptar poder haber sido un portador asintomático o vector, o bien, ser transmisor por medio de las
gotitas de Flügge, nasales o bucales, o ser vulnerables al coronavirus a través
de las mucosas oculares.
El covid-19 recibió su derrota
estratégica no de parte del negacionismo, ni del anti-vacunismo, tampoco del
naturismo, ni de los líderes de la teoría de la conspiración o de la visión
mágico-religiosa de la enfermedad.
La victoria sobre la pandemia del
covid-19 no fue debida a la medicina oriental y la acupuntura, tampoco fue debida
a la medicina precolombina, ni a la terapia de olores, colores y sabores (al
fin y al cabo, el covid-19 producía anosmia y ageusia). Sobre el coronavirus no
podían triunfar la herbolaria y los jardines botánicos, ni a la mandrágora, las
pócimas y cocimientos de hojas, hierbas, raíces o semillas.
En otras palabras, ninguna de las
variantes de la medicina tradicional y la charlatanería podían vencer a la
pandemia del coronavirus. Desafortunadamente, no pocas personas murieron, en
todo el planeta, por desinformación, prejuicios y creencias erróneas; pero
muchos confiaron en que una pócima natural les salvaría la vida.
Ahora más que nunca está claro cuál es
la verdadera medicina tradicional y cuál es la medicina científica y técnica (o
tecnológica, si se quiere usar un término a tono con los tiempos de la
inteligencia artificial, la genética, la robótica y la ingeniería
biomolecular).
En conclusión, la pandemia del
coronavirus fue derrotada única y exclusivamente por la MCT, la medicina
científico-técnica, por lo cual, los que la practicamos debemos sentirnos
orgullosamente victoriosos.
León de Nicaragua, 28 de mayo de 2023
Colegio Nicaragüense de Radiología
colegionicaraguenseradiología.blogspot.com
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